Según Sigmund Freud, el
padre del psicoanálisis, los sueños sirven para comunicar todo lo que la mente
consciente no puede aceptar. Así, son, para él, la vía de expresión de los
deseos reprimidos de las personas. Sin embargo, investigaciones sugieren que no
sólo es posible controlar nuestros sueños, sino que éstos nos ayudan a borrar
malos recuerdos.
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El sueño ayuda a borrar malos recuerdos. “La fase del sueño en la
que hay actividad onírica –es decir, en la que soñamos- está basada en una
composición neuroquímica diferente y nos proporciona una forma de terapia, un
bálsamo que elimina los ‘bordes afilados’ de las experiencias emocionales
vividas durante el día”, afirmó Matthew Walker, neurocientífico de la
Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, tal como publica el
sitio MuyInteresante.es. Esta fue la conclusión de un estudio que reveló que,
“mientras soñamos, la química cerebral vinculada al estrés se desactiva
(desciende la norepinefrina) y el cerebro puede procesar las experiencias
emocionales para ‘borrar’ o ‘suavizar’ las emociones dolorosas o desagradables
almacenadas en la memoria. “Después de dormir las experiencias del día anterior
han reducido su carga emocional; nos sentimos mejor con ellas, nos sentimos
capaces de afrontarlas”, explicó el científico.
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Durante el sueño se organiza la información del día.
Mientras que el acto de dormir sí es una función vital, soñar no es necesario
para la vida, no es imprescindible para seguir viviendo. Sin embargo, mientras
el cuerpo descansa, el cerebro “soñador” se encarga de ordenar la información
importante y “guarda” en la memoria permanente lo que considera relevante.
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Podemos controlar lo que soñamos. Cuando una persona es capaz
de alterar el contenido del relato onírico se dice que experimenta sueños
lúcidos. Una psicóloga de la Universidad de Harvard, Deirdre Barret, hizo una
prueba con sus estudiantes: les pidió que eligieran un problema que no tenían
resuelto y que pensaran en él antes de dormir. Después de una semana, la mitad
de los chicos había tenido sueños vinculados con ese problema y el 25% había
encontrado alguna respuesta sobre la cuestión. Así, el mejor modo de controlar
nuestros sueños será elegir nuestros pensamientos antes de dormir.
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Los olores afectan los sueños. Científicos alemanes
presentaron una investigación en la Academia Americana de Otorrinolaringología
que comparaba los efectos de oler a rosas y a huevo podrido durante el período
de sueño. Según sus conclusiones, el tono emocional de los sueños cambia en
cada caso: es positivo en el primero y negativo cuando el olor es desagradable.
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Más sueño, menos dolor. Durante el período de descanso,
atravesamos por diferentes etapas o fases. Una de ellas es la REM (de la frase
en inglés “rapid eye movement”, por el movimiento de los globos oculares bajo
los párpados), que es el período donde soñamos y captamos gran cantidad de
información de nuestro entorno, debido a la alta actividad cerebral. En esos
momentos, las sustancias químicas que generan el estrés dejan de producirse.
Además, tal como concluyó un estudio neurocientífico de la Universidad de
California en Berkeley publicado por MuyInteresante.es, se “suavizan” los
recuerdos dolorosos.
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